miércoles, 8 de agosto de 2012

Sujetos y Características


Familias: para el momento de la ocupación, generalmente se organizan por grupos de 8 o 30 familias, entre los cuales convergen campesinos que vienen de diversos lugares, lo que permite que en las reuniones pre y pos acción se trascienda la mirada localista, se amplíen los temas de discusión y se impulse una dinámica participativa; estas familias organizadas hacen las veces de líder para el resto de militantes, es decir, los grupos de familias son la organización de base del MST, y debe procurarse que esta misma lógica se mantenga en los asentamientos, por lo que todas las familias deben formar parte de un  grupo de base y asumir alguna de las distintas tareas que se realizan en un campamento, esto con fines organizativos, educativos y de generación de conciencia colectiva. (Harnecker, 2002)
Profesionales: algunos de ellos se vinculan como militantes, es decir, tienen un compromiso directo con lo que respecta a la organización del movimiento, la planificación de sus actividades e incluso la búsqueda de estrategias legales y legitimas para afianzar las actuaciones del MST. Hay profesionales que no se hacen militantes, pero mantienen una actitud dispuesta para cuando sea necesaria su intervención o en el momento en el que se considere que su conocimiento profesional puede ser de ayuda para la defensa o promoción del movimiento. Se puede ver entonces la participación, ya sea o no desde la militancia, de profesionales de diversas áreas, ciencias de la salud, ciencias sociales, derecho,  docentes universitarios, sindicalistas, políticos, estudiantes universitarios (profesionales en formación) (Harnecker, 2002).
Trabajadores agrícolas: ellos son otra de las bases del movimiento, dado que la fortaleza del mismo es el rescate de la tierra como espacio de labranza, la ocupación de las familias no tendría un proceso de apropiación del espacio si en ellas no se dieran los procesos agrícolas que luego se fortalecerán hasta ser procesos productivos alternativos y autónomos respecto a las grandes firmas importadoras y exportadoras de alimentos. En estos trabajadores esta la fuente de alimentación y cuidado de los espacios conquistados como uno de los puntos donde se unen las fuerza y las labores en pro del éxito del deseo de recuperar la tierra. La agricultura es un conocimiento común en la mayoría de las familias que luego conformaran los grupos para las ocupaciones, pero se organizaran según las estrategias y perspectivas que tengan para sembrar y cosechar (Harnecker, 2002).


Profesores: pocos de ellos son militantes, dadas las exigencias legales de formación para ser contratado como docente, pero de igual manera ellos son asumidos como parte del equipo de educación e incluso por parte del movimiento se les interviene, orienta y argumenta la importancia de ejecutar la propuesta pedagógica, el fin es lograr un trabajo de participación efectiva en el cual se vinculen las labores docentes y los ideales del MST, para lo cual se busca el apoyo de los profesores con acciones como la vinculación de la historia del movimiento a sus temas de enseñanza (Harnecker, 2002).
Mujeres: la participación de las mujeres es limitada en las cooperativas y en la comunidad, no es que allá hacia ellas un rechazo rotundo, pero hace falta enfatizar en la importancia de contar con ellas en la decisión de que y como producir, y otorgarle los mismos deberes y derechos que a los Hombres (Harnecker, 2002).
Jóvenes: Igual que la mujer poseen una participación limitada, por lo que es necesario que se fortalezca más el proceso de inclusión para ellos. Pero además de esto, otra situación problemática respecto a la juventud es el impacto que genera sobre ellos la vida de ciudad cuando van allí a culminar sus estudios, lo cual modifica su forma de ver el mundo, de asumirlo y por ende los ideales respecto a la forma como quieren vivir, lo cual generalmente termina aludiendo al desprecio por el trabajo en el campo, así que cuando terminan sus estudios se mudan a la ciudad (Harnecker, 2002).

Militantes: su nivel académico puede variar, algunos de ellos no han finalizado la educación primaria, otros son profesionales e incluso jubilados que se han comprometido de lleno con el movimiento, en todo caso,  sus conocimientos son tan diversos como sus lugares de procedencia. Uno de sus principales labores es  ejecutar las mejores estrategias para presionar al Estado de manera que mejore las condiciones de enseñanza, salud e incluso producción. Tienen una conciencia clara en lo que respecta a la importancia de fortalecer el movimiento cada día y para ello están dispuestos a entablar conversaciones y discusiones fundamentadas que den cuenta del  conjunto de objetivos claros sobre los que se erige el movimiento; manejan con habilidad las propuestas alternativas realizadas para el área de la salud, la vivienda, la producción, la educación, la democracia e incluso la convivencia misma, por tanto su contribución a la formación ideológica de los sin tierra es valiosa (Harnecker, 2002).
Comunidad: con la vivencia comunitaria se busca hacer comunes los recursos de cualquier índole con los que se cuenta, lo cual impulsa a la distribución equitativa y al trabajo cooperativo, mientras que se logra la lucha colectiva y con ello la concientización de la importancia del bien común; de esta manera se logran grandes aprendizajes que permean la vida profesional, laboral y personal, no solo de los militantes, sino de todo aquel que tenga algún tipo de contacto con el MST, se afronta y busca superar  la visión tradicionalmente individualista, y se empieza a construir tomando en cuenta la diversidad de vivencias que se conjugan en la comunidad, lo que permite la superación de barreras en cuanto a la discriminación por sexo, lugar de origen o cualquier otra razón (Harnecker, 2002).

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